Ahora que he decidido hacerme cargo de mi blog (de algún modo tengo que justificar su existencia), pensaba en el tema más apropiado para este post. La verdad es que las opciones fueron muchísimas, cada una más interesante y compleja que la otra. Y es que luego de tanto tiempo en la universidad, he aprendido muchísimo sobre lo cual se podría iniciar un tema de discusión. Sin embargo, estos años de estudio, también me han traído - y no sólo a mi, sino a mis compañeros también – mucho estrés, un reloj biológico inestable por lo irregular de los horarios y a Dios gracias no en mi caso, problemas gastrointestinales.
Así que me decidí por escribir sobre un libro de autoayuda. No porque la vida universitaria nos haya hecho necesitarlo, ¿o sí?, sino porque en esta ocasión comentaré un libro muy diferente a todos los demás libros del género. Se titula “Yo Me He Llevado Tu Queso”, el autor es el periodista "freelance" sudafricano Darrel Bristow-Bovey y es perfecto para desestresarse en menos de una tarde, que es lo que toma leer su obra acompañándose de un cafecito y de unas galletitas.
“Yo Me He Llevado Tu Queso” nos revela una realidad que, aunque evidente, no llega a ser realmente comprendida por la mayoría de nosotros. Si bien es cierto, muchos libros de autoayuda parecen ser escritos en un momento de inspiración divina, están muy lejos de ser realmente útiles, ¿por qué? Porque nos indican una serie de pasos, a veces muy larga, que debemos realizar para mejorar. Como señala Darrel Bristow-Bovey, si pudiéramos realizar todo aquello que señalan los libros de autoayuda, no los estaríamos leyendo, no los necesitaríamos. En respuesta, él propone algo más sencillo y factible: dejemos que nuestras mejoras las realicen los demás. Su mantra es “Todo se puede fingir”.
¿Todo se puede fingir? No me sorprendería que se lo estén preguntando. La respuesta es sí. De alguna forma, las mejoras o desmejoras que sufre nuestra persona son causadas por quienes nos rodean y no necesariamente por nosotros mismos. Recordemos el refrán “Hazte de fama y échate a la cama”. Exactamente de eso habla Bristow-Bovey. Nuestras acciones dan pie a que los demás empiecen a imaginar aquello que desconocen de nosotros. El quid del asunto está en que los demás imaginen que somos mejores de lo que en realidad somos, y para eso hay que dar las señales correctas. ¿Quieren saber cuáles? Entonces lean el libro. Es la forma más efectiva y divertida de entenderlo a cabalidad.
Entenderlo, porque “dar señales” es algo que hacemos constantemente, aunque casi siempre de manera inconciente. A veces de manera incorrecta y a veces de forma acertada. Recuerdo el primer semestre en la universidad, el curso de Introducción a la Vida Universitaria. Por profesor tenía a un hombre joven, de veintinueve años. Muy alto y delgado, de pequeños ojos verdes. Él nos enseñaba sobre temas trascendentales. Intentábamos responder a preguntas como “¿Por qué existo?”, “¿Cuál es el sentido de mi vida?” y otras por el estilo. Veíamos películas de contenidos profundos y escribíamos sobre ellas (de hecho, el artículo anterior sobre la película Gattaca lo escribí para su curso). Lo cierto es que, clase a clase, mis compañeras fueron impresionándose de su profesor. Y es porque esos temas dieron pie a que las chicas de mi clase imaginaran que su profesor era un hombre muy interesante. No digo que no lo fuera, no digo que no lo sea. El hecho es que no contábamos con elementos suficientes como para aseverarlo dado el limitado contacto universitario de tres horas académicas a la semana. No obstante, esas escasas horas sí fueron suficientes como para que cualquier alumna dibujase una imagen mental que completase lo que no conocía de su profesor.
Explicaciones más exactas y útiles sobre cómo dejar que los demás realicen nuestras mejoras las encontrarán en “Yo Me He Llevado Tu Queso”. De verdad se los recomiendo. Y no para que dejen de esforzarse en ser mejores cada día; sino para que puedan relajarse un poco en el proceso y sacar provecho de las percepciones que los demás puedan tener de nosotros.
Extractos del libro en Google Libros: http://books.google.com.pe/books?id=fpCNkdYzi9YC&dq=yo+me+he+llevado+tu+queso&printsec=frontcover&source=bn&hl=es&ei=vTVhSobhDqKEtgesw43sDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=8
Así que me decidí por escribir sobre un libro de autoayuda. No porque la vida universitaria nos haya hecho necesitarlo, ¿o sí?, sino porque en esta ocasión comentaré un libro muy diferente a todos los demás libros del género. Se titula “Yo Me He Llevado Tu Queso”, el autor es el periodista "freelance" sudafricano Darrel Bristow-Bovey y es perfecto para desestresarse en menos de una tarde, que es lo que toma leer su obra acompañándose de un cafecito y de unas galletitas.
“Yo Me He Llevado Tu Queso” nos revela una realidad que, aunque evidente, no llega a ser realmente comprendida por la mayoría de nosotros. Si bien es cierto, muchos libros de autoayuda parecen ser escritos en un momento de inspiración divina, están muy lejos de ser realmente útiles, ¿por qué? Porque nos indican una serie de pasos, a veces muy larga, que debemos realizar para mejorar. Como señala Darrel Bristow-Bovey, si pudiéramos realizar todo aquello que señalan los libros de autoayuda, no los estaríamos leyendo, no los necesitaríamos. En respuesta, él propone algo más sencillo y factible: dejemos que nuestras mejoras las realicen los demás. Su mantra es “Todo se puede fingir”.
¿Todo se puede fingir? No me sorprendería que se lo estén preguntando. La respuesta es sí. De alguna forma, las mejoras o desmejoras que sufre nuestra persona son causadas por quienes nos rodean y no necesariamente por nosotros mismos. Recordemos el refrán “Hazte de fama y échate a la cama”. Exactamente de eso habla Bristow-Bovey. Nuestras acciones dan pie a que los demás empiecen a imaginar aquello que desconocen de nosotros. El quid del asunto está en que los demás imaginen que somos mejores de lo que en realidad somos, y para eso hay que dar las señales correctas. ¿Quieren saber cuáles? Entonces lean el libro. Es la forma más efectiva y divertida de entenderlo a cabalidad.
Entenderlo, porque “dar señales” es algo que hacemos constantemente, aunque casi siempre de manera inconciente. A veces de manera incorrecta y a veces de forma acertada. Recuerdo el primer semestre en la universidad, el curso de Introducción a la Vida Universitaria. Por profesor tenía a un hombre joven, de veintinueve años. Muy alto y delgado, de pequeños ojos verdes. Él nos enseñaba sobre temas trascendentales. Intentábamos responder a preguntas como “¿Por qué existo?”, “¿Cuál es el sentido de mi vida?” y otras por el estilo. Veíamos películas de contenidos profundos y escribíamos sobre ellas (de hecho, el artículo anterior sobre la película Gattaca lo escribí para su curso). Lo cierto es que, clase a clase, mis compañeras fueron impresionándose de su profesor. Y es porque esos temas dieron pie a que las chicas de mi clase imaginaran que su profesor era un hombre muy interesante. No digo que no lo fuera, no digo que no lo sea. El hecho es que no contábamos con elementos suficientes como para aseverarlo dado el limitado contacto universitario de tres horas académicas a la semana. No obstante, esas escasas horas sí fueron suficientes como para que cualquier alumna dibujase una imagen mental que completase lo que no conocía de su profesor.
Explicaciones más exactas y útiles sobre cómo dejar que los demás realicen nuestras mejoras las encontrarán en “Yo Me He Llevado Tu Queso”. De verdad se los recomiendo. Y no para que dejen de esforzarse en ser mejores cada día; sino para que puedan relajarse un poco en el proceso y sacar provecho de las percepciones que los demás puedan tener de nosotros.
Extractos del libro en Google Libros: http://books.google.com.pe/books?id=fpCNkdYzi9YC&dq=yo+me+he+llevado+tu+queso&printsec=frontcover&source=bn&hl=es&ei=vTVhSobhDqKEtgesw43sDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=8
10 comentarios:
Jime, escribes muy bien, te felicito. Dime, el profesor al que aludes, ¿era Jhony?
Gracias Juan Pablo. :) Sabes, eres muy curioso!! :p
Felicitaciones por tus comentarios..!
Yo se a que Jhony te refieres jaja el profe!! hey me gusto mucho lo que escribes ya espero los proximos temas, y ya me hiciste animar a escribir de una vez todas las locuras que tengo en la cabeza jaja.
Karencita!! Chica CADE!! Podrías empezar escribiendo de esos días de ensueño en la escuela naval ... te acuerdas?? jaja. Gracias por tu comment, y al parecer, Jhony impresionó y no solamente en mi clase. Ójala que si lee esto, se sonría. :)
jajaja esas cosas del cade se quedan en la escuela naval jaja, naaa si nos portamos super bien la universidad ah de estar orgullosa de habernos enviado seguro tambien lo hace al proximo anio jaja, si si de hecho empezare a escribir muy pronto ya estoy pensando en algun tema especial para mi con el que comenzar.
Jime de vedad me impresionó lo que escribiste, me hizo regresar unos semestres atrás y recordar cosillas muy curiosas. :)
A mí tb me trajo recuerdos!!jajaja Aún añoro con nostalgia aqllos hermosos y despreocupados días de primer semestre! Ojalá en la U se pudiera avanzar...sin dejar atrás tantos amios q hicieron de aqllos días inolvidables!pero ni mooo! a estudiar nu+ q otro semestre empiezaAa...
los libros de autoayuda no deberían existir, tu título es malazo autoayuda para quien no quiere ayudarse... en todo caso quien no quiere ayudarse no se ayuda y punto ¿ayudarse es comprar un libro mal hecho que te dice que andar haciendo en la vida? o cómo tener una mente empresarial ... hasme el favor. si blog dice hablar de literatura, a eso no lo puedes llamar ni siquiera libro.
Estimado Anónimo:
En este blog, cómo se acota, los comentarios hechos con respeto son bienvenidos. También cabe resaltar que en el blog comento muchas cosas: Libros, películas, canciones, anécdotas.
Me gustaría saber, específicamente qué es lo que no te agrada del artículo. No encuentro relación entre tu comentario y mi post. Me gustaría que lo explicases porque me da la impresión que sólo has leído el título y en base a eso has hecho tu comentario.
Gracias y que Dios te Bendiga.
Jimena SU
PD
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