Uno de mis libros favoritos es “El Canto del Pájaro”, de Anthony de Mello. Es un libro de pequeños cuentos, seguidos por también pequeñas reflexiones que hace el autor. En mi opinión, es una de las mejores obras que existe en la literatura de humanidad. Y no las por razones que un estudioso de la literatura haría tal afirmación; sino porque en la sencillez de sus cuentos encontramos una gran espiritualidad. Son cuentos que nos transportan a lo más íntimo de nuestro ser para así confrontarnos con La Realidad, una Realidad más grande que lo inmenso del universo, y más verdadera que aquello que parece evidente.
En este libro, creo yo, uno puede encontrar algunas pistas que nos lleven al conocimiento de la naturaleza de Dios, del Padre.
Aquí, un cuento que sé les será de gran ayuda en tal cometido. Léanlo lentamente, interiorizando la enseñanza que les revela esta narración, y seguramente experimentarán el Verdadero Amor.
En este libro, creo yo, uno puede encontrar algunas pistas que nos lleven al conocimiento de la naturaleza de Dios, del Padre.
Aquí, un cuento que sé les será de gran ayuda en tal cometido. Léanlo lentamente, interiorizando la enseñanza que les revela esta narración, y seguramente experimentarán el Verdadero Amor.
NO CAMBIES
Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.
Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día me dijo: «No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte».
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies... Te quiero...».
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡Oh, maravilla!, cambié.
Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.
¿Es así como Tú me quieres, Dios mío?
Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.
Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día me dijo: «No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte».
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies... Te quiero...».
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡Oh, maravilla!, cambié.
Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.
¿Es así como Tú me quieres, Dios mío?
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Pueden encontrar el libro completo en: http://es.geocities.com/mq552003/mar24.htm
6 comentarios:
Hols!! Jimena, primer comentario que hago en tu blog y te pido perdón por la tardanza.
No he leído el libro francamente, pero me agrada el hecho de que quieras compartir lo más resaltante de cada libro que lees. Así podemos obtener un mensaje claro sin darnos el trabajo de leer todo, jejeje.
Hay mucho de cierto en esa pequeña historia y lo mas curiosa es que son cosas que ya sabemos que alguna ves escuchamos y que entendemos, sin embargo que difícil pasar de la teoría a la practica.
Mi experiencia personal me ha enseñado que las personas cambian definitivamente es algo constate el cambio, sin embargo la esencia de cómo somos realmente, sin mascaras ni prejuicios o presiones sigue constante, (en mi caso desde que era un niño, aun lo sigo siendo). En fin es lo que yo creo.
¡Y es verdad; si alguien de verdad te quiere es por como eres y no por como deberías ser!
No mientas ni te mientas se tal como eres.
!!!!
Alvarito. Gracias por seguir mi blog. Gracias por comentarlo.
en los misterios mas profundos del amor, tomo las sabias palabras de... Pepito Grillo: "con cariño todo se puede".
si quieres a alguien y quieres que esta persona cambie para su bien, entonces lo unico que debes hacer es.. QUERERLO!
pero antes q todo hay que aceptar a la otra persona...
ahora me pregunto ¿cuanto nos queremos y nos aceptamos a nosotros mismos, al ver los defectos del otro?.. empezemos por querernos a nosotros mismos o aceptarnos por lo menos..
waaa abuuu lloro!
No llores, que con todos tus defectos Dios te ama.
Exacto! Si Dios en su perfección t puede amar así como eres...no creen q nos asemejamos un pokito más a Él, amando a los otros con virtudes y defectos? Porq sin duda una persona q se siente amada y respetada, será buena...y sólo podrá irradiar AMOR (xq eso s lo q recib!)
Me gustó tu comentario, Fiorella.
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